El Gran Guerrero del Tajo
José Luís Manzano García

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MENSAJE DE JESÚS DE NAZARET, RECIBIDO A TRAVÉS DE JOSÉ LUÍS MANZANO GARCÍA, EL DÍA 8 DE JUNIO DE 2004.-( 2a Parte). (Mensaje privado con orden a hacerse público).

EL MAESTRO.- Ave María Purísima. Mi Paz es contigo, hijo mío. ¿Porqué motivo están ciegos?. ¿Porqué están pidiendo señales?. ¡Hombres de poca fe!. ¿Es que acaso no ven las señales que ocurren delante de sus ojos?. ¿Porqué motivo están sor­dos?. ¿Qué esperan que les digan?. ¿Es que no escuchan las referencias que confirman diariamente lo que Yo ya les había predicho?. ¡Hombres, hombres ciegos, sordos y necios!. ¡Tienen piedras en sus pechos en lugar de corazones!. ¡Convertios ya!. ¡Volved al redil ahora!. Mañana ya será tarde, hijos. ¿En verdad sois mis hijos? Si lo sois, debéis dejar de lado todo tipo de duda y ponerse a trabajar, ¡Ya!. No podéis bajar los brazos, no debéis desconfiar. ¡Venid a Mí!. Venid a Mí sin dilaciones, venid a Mí con absoluta confianza. Si permanecéis en Mí, nada os perturbará y no seréis presa de la confusión generalizada. La luz muestra las cosas tal como son. La oscuridad, oculta, miente, confunde. Debéis entregaros al Pa­dre, que es todo amor. Pedir su intervención, pedir mi acción e intercesión para vosotros. No hay tiempo para dilaciones o distracciones. Orad, meditad, elevad el pensamiento, haced como sabéis o como podáis, pero ofrecedme totalmente vuestro corazón. No temáis, no dudéis. Si Dios está con vosotros, ¿quién contra vosotros?. Yo ya vuelvo. Regreso para recoger mi co­secha. Preparáos. Comenzad a distanciaros de las cosas o de las situaciones que generan desarmo­nía. ¡Cuidado!. Sed astutos. El plan de distracción instalado en el mundo, es obra de Satán. No temáis. Yo he vencido al mundo. Si permanecéis en Mí, vosotros también venceréis al mun­do. Difundid mis Mensajes, difundid mi Palabra, difundid el Plan de Redención. Vosotros debéis ser la sal de la Tierra , la Luz del Mundo, vosotros, mis hijos. Reaccionad, poned vuestros tesoros en el Cielo y no en la tierra. Incrementad, desarrollad y en­tregad vuestros dones, que para eso son, para ser entregados. Recordad que no se coloca una lám­para debajo de la mesa, sino que se la ubica en el punto mas alto para que ilumine a todos. Los que más cerca estáis y seguís mis Palabras sin dilación, seréis atacados, perseguidos y odia­dos por causa de mi Nombre. Pero alegráos cuando esto ocurra, porque también así trataron a los profetas, y hoy ellos comparten mi Gloria. Hoy os ordeno salir. Os ordeno como Hijo de Dios, que rompáis cadenas, que derribéis las pa­redes del miedo. Desatad los nudos de las dudas, perforad los cascarones de la obnubilación, y qui­taos una a una las caretas de la figuración, de la conveniencia y de la comodidad. ¿Habéis decidido seguirme?. Pues, ¡hacedlo, y pronto!. Os necesito. Nutrios de mi fortaleza de amor. ¡Orad, orad, orad!. ¡No flaqueéis!. ¡Resistid, ya falta poco!. Yo estaré con vosotros hasta el fin de los tiempos. Yo os hablo desde mi cruz a vuestra sole­dad. A vosotros, que tantas veces me mirasteis sin verme y me oísteis sin escucharme. A vosotros, que tantas veces prometisteis seguirme de cerca, y sin saber porqué os distanciasteis de las huellas que dejé en el mundo para que no os perdierais. A vosotros, que no siempre creéis que estoy con vosotros, que buscáis sin hallarme y a veces perdéis la fe en encontrarme. A vosotros, que a veces pensáis que soy solo un recuerdo y no com­prendéis que estoy vivo. Yo soy el principio y el fin, soy el camino para no desviaros, la verdad para que no os equivo­quéis y la vida para que no muráis. Mi tema preferido es el amor, que fue mi razón para vivir y para morir. Yo fuí libre hasta el fin, tuve un ideal claro, y lo defendí con mi sangre para salvaros. Fuí Maestro y servidor, soy sensible a la amistad, y hace tiempo que espero que me regaléis la vuestra. Nadie como Yo conoce vuestra alma, vuestros pensamientos, vuestros procederes, y sé muy bien lo que valéis. Sé que quizás vuestras vidas parezcan pobres a los ojos del mundo, pero Yo sé que tenéis mu­cho que dar, y estoy seguro que dentro de vuestros corazones hay un tesoro escondido. Conocéos a vosotros mismos, y me haréis un lugar a Mí. ¡Si supierais cuánto hace que golpeo las puertas de vuestros corazones y no recibo respuesta!. A veces a Mí también me duele que me ignoréis y me condenéis como Pilatos, otras que me ne­guéis como Pedro, y que otras tantas, me traicionéis como Judas. Y hoy, os pido paciencia para vuestros padres, amor a vuestras parejas, responsabilidad para con vuestros hijos, tolerancia para los ancianos, comprensión para todos vuestros hermanos, com­pasión y ayuda para el que sufre, y servicio para todos. Quisiera no volver a veros egoístas, orgullosos, rebeldes, disconformes y pesimistas. Desearía que vuestras vidas fueran alegres, siempre jóvenes. Cada vez que aflojáis, buscadme y me encon­traréis. Cada vez que os sintáis cansados, habladme, contadme. Cada vez que creáis que no servís para nada, no os deprimáis, no os creáis poca cosa, no os olvidéis que Yo necesité de un asno para entrar en Jerusalén, y necesito de vuestra pequeñez para entrar en el alma de vuestros prójimos. Cada vez que os sintáis solos en el camino, no os olvidéis que estoy con vosotros. No os can­séis de pedirme, que Yo no me cansaré de daros. No os canséis de seguirme, que Yo no me cansa­ré de acompañaros. ¡Nunca os dejaré solos!. Aquí, a vuestro lado, me tenéis. Estoy para ayudaros. Paz a tí, hijo mío. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

MENSAJE DE LA STMA. VIRGEN Ma RECIBIDO A TRAVÉS DE JOSÉ LUÍS MANZANO GARCÍA, EL DÍA 20 DE JULIO DE 2004.- (Mensaje privado con orden a hacerse público).

LA MADRE.- La Paz del Señor es contigo, hijo mío. LA MADRE.- Ave María Purísima. LA MADRE.- Hijo mío, es difícil prosperar en la espiritualidad en estos tiempos que corren aprisa y angustiados. No se dan cuenta que no obtienen ningún beneficio propio al dar de lado a sus herma­nos. No se dan cuenta que deben progresar en la espiritualidad co­mo si se tratase del último suspiro de su alma. Son capaces de in­tentar someter tu intelecto a sus oscuras voluntades, y solo preten­den el bien propio alejándose del bien común. Hijo mío, ¿ves todos los que han abandonado este Santo Lugar?. ¿Ves a todos los que un día dijeron que estarían hasta el final?. Ellos no estuvieron nunca; tampoco han estado ni estarán los que desconfían de tu palabra. Cuídate de aquellos que hicieron promesa a Dios, porque la palabra del hombre es tan frágil como un cristal: hoy puede estar, pero mañana puede saltar en mil peda­zos. Te sientes solo en tu caminar; se que a veces se antoja complejo, pero tampoco escucho que tu alma se queje de todo cuanto te llega. Sigues estando muy por encima de donde se te dejó y tus pasos son firmes y definidos. Muchos están a tu lado expectantes a que algo ocurra, y lo cierto es que ya está ocurriendo, pero están tan ciegos que no lo ven. Otros están dolidos contigo porque no pueden soportar estar por debajo de tí y no quieren obedecer las órdenes que estableces. Órdenes, hijo mío, que están hechas para adquirir una responsabilidad íntegra hacia Dios. Si no sois responsables en las cosas pequeñas, ¿qué será cuando lleguen las obras grandes?. Por muy complejo que os parezca, cumplid. En las cosas pequeñas se esconden las bienandanzas de Dios, y si no sabéis apreciarlas es porque aún la materia os ciega demasiado. Hijo mío, estás solo en un mundo despiadado. Tu alma presiente miles de dificultades que con humildad y sencillez sabes solventar a golpe de oración y sacrificio. No está en que te digan que sabes que puedes contar con ellos. La palabra del hombre es tan frágil como un cristal, pero las obras permanecen como piedras gruesas: son visibles y duras para derruir. Deja que tu alma se abrigue de mi amor de Madre y que nada te sobresalte en este sueño imprevisto. Tu cuerpo deja sentir la marca del sacrificio, y tu alma continúa siendo joven; sigues ahí, a pesar de todas las tem­pestades que se levantaron contra tí. Sigues ahí, porque nada puede hacer callar la Palabra de Dios, y ello te hace ser tan grande como eres. Eres muy fuerte, hijo mío, y Dios sigue con insistencia tus pasos. No eres como esperaba el hombre, eres como Dios te ha hecho. Continúa, y a ellos, aquellos que quieran sentir mas cerca a Dios, que se acerquen a tí. Los que ya han hablado contigo saben lo que eres y a lo que estás dis­puesto por Dios. Los que no hablaron contigo, solo suponen e imaginan. A todos aquellos que prometisteis servicio a Dios, os ordeno compromiso y dedicación, pues de la forma que cumpláis vuestras promesas, serán las penas o bienes que podáis sufrir o alcanzar en la tierra o en el más allá. Si creéis en lo que os digo, os dirigiréis al Gran Guerrero a pedir auxilio, si no, confirmaréis lo que está dicho. Hazles saber para que despierten. Que la Paz del Señor quede contigo. Ave María Purísima. Adiós, hijo mío.

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MENSAJE DE JESÚS DE NAZARET. RECIBIDO A TRAVÉS DE JOSÉ LUÍS MANZANO GARCÍA. EL
DÍA 17 DE ABRIL DE 2007. EN TALAVERA DE LA REINA (Toledo). (Mensaje privado con
orden a hacerse público).


EL MAESTRO.- Paz a ti, hijo mío. Ave María Purísima. EL MAESTRO.- Hijo mío, cuánto aprecio tus sacrificios, porque el amor se alimenta de sacrificio y de renunciamiento. Cómo os falta comprender el verdadero valor del don de Dios y
poder en las almas. Quiero que sepas, que en largos lustros las armas del occidente siete veces fueron hacia mi sepulcro buscándome. Si el éxito no coronó
sus esfuerzos, no por ello dejaron de ser gigantescas las búsquedas. Mi luz se abrió paso a través de los nubarrones suscitados por las herejías que me ofendieron en el siglo XVI.
Luego la guillotina revolucionaria que cercenaba la cabeza de mis sacerdotes, heraldos de la fe y ministros de los sacramentos, fue impotente para acabar con el prestigio y soberanía de quien ellos llamaban el infame: YO. Pero, ¿dónde vivo?. En el Santísimo Sacramento. Así he venido instruyendo a mi Iglesia y por ello no es extraño que alrededor de este sacramento de Amor gire todo el culto católico, para glorificación de mi Padre y de Su Hijo, el Dios Hombre.
Decir que los Congresos Eucarísticos deberían ser reuniones religiosas que se efectúan para tratar cuanto se relaciona con el culto de la Eucaristía; ya lo saben.
Debes saber que fue una mujer la que en 1881 inició la idea y la propagó en Francia, auxiliada poderosamente por mi Obispo Segur. Ella fue un apóstol infatigable de la obra del culto público al Santísimo. Una mujer, como otra mujer que fue la primera que me vio resucitado.
Los principales actos de estos Congresos son el Santo Sacrificio de la Misa concelebrada por las altas dignidades del Clero. Las comuniones generales de niños que ofrecen bellos espectáculos puesto que parecen blancas nubecitas
esparcidas por el valle, son como coros angélicos que revolotean junto al Sagrario como palomas inmaculadas junto al palomar.
Las comuniones generales de hombres, que parecen aguerridos soldados rindiendo homenaje a su Señor, a quien han brindado hospedaje en lo mas recóndito de sus almas. En estas escenas de tanta piedad se recuerda el pasaje de la
multiplicación de los panes.
Las asambleas generales, cuando renombrados oradores sagrados y conferencistas laicos exponen magistralmente la doctrina eucarística y las maneras de fomentar la devoción a Mi Majestad, incitan poderosamente la atención y el fervor.
Enseñad, hijos míos, hablad a los hombres de Mi presencia en los Altares, contadle de mi infinito amor y decidles cuánto se están perdiendo al no recibir a su Dios como alimento seguro. Al mismo tiempo de desagraviarme, los Congresos
Eucarísticos reciben una lluvia de favores del alma, del cuerpo, del tiempo, de la eternidad.
Tened cuidado, van a hacer lo imposible por suspender los Congresos. Haced mucha oración, que se instruya en los Conventos la oración continua por el éxito del mismo. Felices las personas que promueven este culto soberano. Felices las
personas que se afanan por darle esplendor. Felices las que asisten al lugar de la cita y ven y sienten estas maravillas.
Den ejemplo, hijos míos, evangelizad con vuestras vidas, dad testimonio. Para el hombre de fe, mi Forma Eucarística es un portal de Belén y allí me adora, como los Angeles, los Pastores y los Magos de Oriente. Para los alumbrados con los
fulgores de la fe, en cada altar donde se alza el sacrificio se yergue un nuevo Calvario en el cual se repiten con sentimiento de
adoración profunda, aquellas palabras: " Verdaderamente, aquí está el Hijo de Dios". El abandono de las visitas a mi Sacramento de amor, la escasez de comuniones, el respeto humano por el cual muchos se avergüenzan de acercarse a la mesa de los Angeles, proviene de la falta de fe. Porque si se dieran cuenta, si les dijeran con convicción que la infinita Majestad de su Dios con sus cortesanos excelsos reside en sus templos, estarían ansiosos los hombres, afanados, solícitos por merecer la honra y la dicha de hablar, de recibir, de vivir con su Señor.
¿Dónde encontrar el remedio para esta fe vacilante o tibia?. En la misma Forma, porque ella sostiene y aumenta la fe. Es virtud infusa la fe sobrenatural, gracia que es raíz y fundamento de la justificación. Gracia que traen consigo los sacramentos y se aumenta con la recepción de ellos. Sin embargo, si los fieles observan que el Sacerdote es un celebrante rutinario, si no notan verdadero fervor y humildad en el momento de la consagración, difícilmente van a creer que ello aumentará su fe.
Hablad del ciego de Jericó, quien no solo recibió la facultad de ver, sino que me tuvo por primer objeto de su visión. Y en la curación de otro ciego, haced notad que paulatinamente se le aumentaba la fuerza visiva a medida que aumentaba
su fe.
De modo parecido, a medida que el hombre comulga, Me conoce mas íntimamente y escucha en el interior del corazón mis enseñanzas soberanas. Siendo Yo el Maestro, aumento la luz a las mentes de quienes me reciben para que puedan
penetrar más en las profundidades de Mi doctrina. Y esta doctrina, simiente del Cielo, puede caer como lo indiqué unas veces en tierra fértil y producir el ciento por uno, otras en el camino pedregoso. Otras, entre zarzales y espinas. De modo que este crecimiento de la fe unas veces subjetivo, otras objetivo, depende en gran parte de su cooperación a la gracia.
Felices mis apóstoles que, después de la primera comunión en el Cenáculo, decían: "Ahora comprendemos todo lo que nos dices". Feliz Tomás, el incrédulo, quien al contacto de mis llagas prorrumpió en un acto de fe y amor intenso.
Felices los discípulos de Emaús, quienes me reconocieron en el peregrino que les había encendido el corazón. Felices, tanto pobres e ignorantes, según el mundo, que con el trato continuo, Conmigo han aprendido la sabiduría celestial, la que
comunica la fe, avivada con la recepción del sagrado banquete. Estos seres privilegiados no solamente tienen fe, sino que viven como justos, prácticamente conformes con mis prescripciones. ¡Benditos sean!. Y mucho mas benditos todavía los que han visto premiada con milagros su fe en mi Sacramento.
Paz a ti, hijo mío. Ave María Purísima. Adiós, hijo mío.

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MENSAJE DE JESÚS DE NAZARET. RECIBIDO A TRAVÉS DE JOSÉ LUÍS MANZANO GARCÍA, EL DÍA 20 DE JUNIO DE 2007, EN TALAVERA DE LA REINA (Toledo). (Mensaje privado con orden a hacerse público).

EL MAESTRO.- Ave María Purísima. Paz a tí, hijo mío. EL MAESTRO.- La voz de mi sangre es poderosa y llama no inútilmente a grandes y pequeños, a los pecadores a nueva vida. Derramé mi sangre para reuniros a vosotros, elegidos de mi Corazón, y cada gota que derramé tiene el poder de multiplicar la eficacia de mi Redención.

La efusión dolorosa, la feroz violencia de los perseguidores que me azotaron casi a muerte, están presentes en esta generación de hombres incrédulos e insensatos. El hombre olvida to­do, solo se acuerda de si mismo. El primero y el último siempre es él. ¡Pobre hombre, leproso de este siglo!. ¡Pobre hombre, descarnado!. ¿Qué quiere de Mi?. No debería querer nada por­que no me cree o me cree poco.

¡No te envanezcas!. Si eres grande, oh, criatura mía, es porque te hice tal en el centro de la Creación, pero te hice Yo... Quieres evadirte de ti mismo, ebrio de lujuria y de soberbia, sin embargo las cosas mas grandes están en tí porque Yo las he puesto y tú no las ves.

Lo sé, nada te importa hoy que Yo te recuerde que por tu amor he derramado con inmen­sos dolores toda mi Sangre. No lo ves, no quieres verlo. Eres propenso a celebrar tu grandeza, o al menos la que juzgas como tal. Pero, créeme, me das mucha pena, a Mí, que comprendo tus mas pequeños movimientos.

¡Hombre insensato, detente!. Mira lo que te dice quien te creó: te ofrezco mi Sangre. ¿No dices nada?. Estás tan ciego que no ves qué Luz se desprende de mi sacrificio cruento que consumé en el Calvario.¿No es nada para tí mi Sangre?.

Y si no es nada, como neciamente piensas, ¿qué se dirá cuando las sanguijuelas infernales hayan chupado hasta la última gota de tu sangre, oh, loco hombre del dos mil?. Tu vida vale mucho, créelo. No la gastes inútilmente. Tienes una vida que se encamina hacia una meta. Si no lo entiendes, ¡pobre de ti!.

Detente hoy, detente aquí, ante el Cristo sangrante, al pie de la Cruz. ¡Mírame bien y no apartes de Mí tu mirada!. Ya no te llamaré con el nombre de loco, si mirándome en la Cruz, comprendes que ha sido mi Amor por tí el que me ha llevado a la muerte, al derramamiento de toda mi Sangre.

Mi vida acabó por la privación de su alimento vital, compréndelo. Sufrí la muerte por ha-ber derramado toda mi Sangre, y todo por tí, criatura mía, por la cual Yo, tu Creador, no dudé en tomar su misma naturaleza, en el Verbo encarnado.

Tú también tienes sangre en las venas y pido un momento tu atención en el hecho de que mi Divina Sangre estuvo exenta del impulso que proviene del pecado. Tu sangre, en cambio, ha conocido más o menos el escozor que proviene de la culpa. Mi Sangre valga por la tuya.

Esta, poco noble por estar mezclada de culpa, puede ser cambiada por la mía, que créeme, no solo es noble, sino repleta de frutos y tiene un valor infinito. Este es el trueque ideal, pero real que Yo ate propongo. ¡Detente, criatura mía, detente!. Escucha esta voz mía, acepta mi Sangre, mírame en la Cruz y verás mi rostro todo cubierto y precisamente de sangre roja.

He cubierto mi rostro con lo rojo de esa sangre para que mi Padre te viese a tí, a quien Yo representaba, lavado y purificado. Queda tranquilo, las costras de sangre que me impiden casi del todo abrir mis ojos, las he querido para decirte que a través de mi Sangre, mi mirada no

quiere divisar tus fealdades.

Si, he estado en un baño y he merecido para tí lo que tú no podías nunca merecer. Recuér­dalo y apreciame, porque si te he creado sin trabajo, te he redimido a precio de sangre, y tú, hombre extraviado, deberías pensar que no habría hecho lo que he hecho si mi Amor no fuese tan grande.

Ven, escucha. Ven a Mí, porque debo sumergirte en el cáliz que contiene mi Sangre Purí­sima. Ahí, en mi Cáliz debes permanecer cubierto con mi Sangre, porque de ella y en ella de­berás encontrar todo lo que necesitas ahora y siempre. Ven, vuelve a mi altar, donde un hom­bre como tú, pero que es más digno que tú, ofrece el inmenso valor que contiene el cáliz ben­dito.

Vuelve a ese altar muchas veces, mas aun mientras te conceda la vida, porque quiero ha­cer de tí adorador perfecto y partícipe de mis inagotables riquezas. Si, ven a Mí, vuelve siem­pre a Mí para escuchar la voz de mi Sangre que es bendecida por el Cielo y por quien en la Tierra me ama.

Vuelve y escucha. Yo te hablaré de manera suave, muy atractiva y en mi Sangre encon­trarás el porqué de tus porqués, mucha luz y claridad para iluminarte a tí y a muchos, muchí­simos otros, ahora miserables pero destinados a asumir la herencia de valor infinito que está contenida en el cáliz santísimo que ves en mi Santo Altar.

Ven, vuelve y escucha las voces de mi Sangre humana y divina. Yo te hablaré, pondré en movimiento tu sangre con el fuego de mi Amor.

Estoy aquí, en el Altar, vuelve a Mí.

Paz a ti, hijo mío. Ave María Purísima. Adiós, hijo mío.



 

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MENSAJE DE JESÚS DE NAZARET. RECIBIDO A TRAVÉS DE JOSÉ LUÍS MANZANO GARCÍA. EL DÍA 12 DE JULIO DE 2007. EN TALAVERA DE LA REINA (Toledo). (Mensaje privado con orden a hacerse público).

EL MAESTRO.- Paz a ti, hijo mío. EL MAESTRO.- Ave María Purísima. Hijos míos, tengo todo en Mí, y en mi gozo me deleito infinitamente. Nada me falta, nada me es imposible, por eso se proveer al infeliz que ansia felicidad, se proveer al pobre que tiene necesidad de ayuda, se proveer al mísero que gime desconsolado. ¿Quién conoce la medida de mis ayudas?. ¿Quién puede decir que sabe hasta dónde puede llegar mi benignidad?. La palabra "infinito", en realidad para vosotros no dice mucho, porque como todas vuestras palabras, también ella es finita, limitada, no sale fuera de vuestros cere­bros. Si, soy Infinito, no solo porque no tengo principio ni fin, sino también en cuanto a Mi Esencia. ¿Qué es la Infinita Esencia?. ¡Oh, pobres mortales!. La Esencia mía soy Yo, y Yo soy el Infinito, de modo que la Esencia Infinita es Dios. Por tanto, en Mi Esencia está el infi­nito. ¿No consideráis que una Esencia Infinita es también una Infinita potencia y que también el Infinito Amor es mi Esencia?. Tened presente mi Esencia, porque en ella está todo lo Mío, to­do para vosotros. Vosotros pasáis por grados al conocimiento Mío y os preparo día a día, a la completa luz que se os dará en el Cielo. No puedo daros a conocer todo de una vez, porque no aguantaríais toda la luz. Si, es mi continua obra la que os garantiza contra toda desviación, y a esta Mi Obra dirigid vuestros deseos, vuestras acciones. Yo me descubriré: lo verán. Pero para hacer esto debo descender hasta vosotros y hacer que mi Ser os resulte grato. Mas, si queréis seguirme, Yo estoy predisponiendo un gran trabajo en vuestras almas y al final os haré conocer lo que ahora no podéis. Los mismos milagros no son sino percepciones de Mi Omnipotencia, cosas que hago para daros a conocer mi Voluntad que es benéfica para todos. El que me siga me encontrará, no como soñaba, sino mucho mas real, mucho mas trascen­dente. Las luces de aquí abajo se dan para la gran luz de arriba. Aquí experimentáis divina­mente que la verdad de mis palabras está puesta, no en míseras criaturas que lo anuncian, sino en Mí, que soy la verdad inconcebible. Digo estas cosas para consolidaros en Mí, de manera que sigáis con mayor amor. Sumergíos todos, oh, mis amados, en esta esencia mía que os gobierna. Sumergíos en este Mi Amor que palpita en vuestros corazones. Yo os acojo, os hago palpar que el futuro que os espera no guarda proporción con todas vuestras expectativas, fuera de toda medida. Entonces, ¿de qué tenéis miedo?. ¿Teméis por el afán de un día terrenal, mientras Yo os aseguro una eternidad feliz?. ¿Teméis los engaños, mientras Yo os aseguro que no os faltaré?. ¡Oh, pobres ciegos míos, que quieren dar luz sin tener siquiera un bastón en qué sostenerse!. ¡Oh, venid a Mí, todos a Mí y encontraréis la verdadera Esencia que os hará ver la luz que no cambia la alegría de ver!. Tranquilo, no temas, hijo mío, porque tu vida es y debe ser siempre un dulce idilio entre tu Dios y tu alma. Espera todo de Mi y nada mas que en Mí. Yo estoy en los que verdaderamen­te te aman en la Tierra. ¡Cuánto tendrás que sufrir aun por la deslealtad del hombre!. Serán tan pocos los que permanecerán cerca tuyo apoyando mi Obra, que podras contarlos con los dedos de la mano. Pocos, pero íntegros como lo fueron Mi Madre y Juan. Si diera mas crédito a quienes me representan, la renovación del mundo no sería frenada. Pero todos son atacados. Es el maligno que se cuela por un resquicio en las almas tibias. No te olvides cuánto te amo. ¿Qué mas puede importarte?. Haz lo que debes hacer: amarme y Yo haré en ti lo que debo hacer: el todo. Paz a ti, hijo mío. Ave María Purísima. Adiós


                          UNA CARTA DEL CIELO

Un conde tenía un criado, al cual quería por h. v. cortarle la cabeza y al querer ejecutar la decapitación, el verdugo no podía cortársela ; al ver esto, el conde pregunto al criado la causa de que la espada del verdugo no le podía lastimar; el criado contestó mostrando esta carta con las siguientes letras : L.I.F.H.B.R.W.R. Cuando el conde vio esta carta, ordenó que toda persona ordenó que toda persona llevase consigo escrita una copia de esta carta. Si sangrara alguien de la nariz o que pasara cualquier desgracia sangrienta y no calma la sangre , se pasará enseguida, si se toma la carta y se pone encima de la herida .A quien no crea esto que escriba las letras sobre una daga o arma de fuego, póngase al blanco y verá que nadie le puede lastimar o hacer daño.Estas son las cinco llagas de Nuestro Señor Jesucristo R:H:F:K y puede estar seguro que ninguna traición le pueden hacer H.H.Ll. A quien crea en esta carta, no le tocará ningún rayo, ni tampoco el fuego y el agua no le pueden hacer daño .Y una mujer encinta que no pueda salir de cuidado, désela esta carta en las manos, y pronto dará a luz a la criatura que será muy feliz en la vida. Llevando esta carta consigo, vale más que plata porque ella guarda las cosas la casa y los bienes en el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo, así como Jesucristo estuvo firme en el huerto de los Olivos, asimismo tienen que estar firmes las armas. A quien lleva esta carta consigo nada le puede tocar ni dañar, Dios la fortalecerá contra las armas de sus enemigos, ladrones asesinos que sean visibles e invisibles, en el Nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. DIOS SEA CON TIGO. Quien lleva esta carta, bendición en contra de sus enemigos .Dios le cuidará. Quien no la crea que la copie. Es verdad. Colocadla en el pescuezo de un perro y disparando un tiro sobre el perro verán que son verdades. Al que lleve esta carta no lo toman prisionero ni las armas del enemigo le podrán herir. AMEN. Tan cierto como Nuestro Señor Jesucristo, nació, vivió, y resusitó, tan cierto que caminaba entre nosotros, nada le puede ser robado ni fusilado, los enfermos quedan sanos y salvos y conjura todas las armas blancas y de fuego en el nombre de Dios, del Padre del Hijo del Espíritu santo ,por orden de S. Miguel Arcángel. Esta carta ha caído del cielo y fue encontrada en Asia en el 1774. Era escrita en letras doradas, en significación de Dios se la quisieron rehusar y retiróse entonces hasta 1791,a quien se le ocurrió la idea de copiarla y comunicarla al mundo, más, estaba escrita en letras de oro.quien trabaja en Domingo cometerá pecado, que recen y que hagan peniténcia; que no sean como los animales que les falta la razón.Ordeno seis dias de trabajo,pero que se respete el septimo día que és la palabra del señor.Que se respete sinó castigaré con tiempo contrario:pestes y guerras.grandes y pequeños recen por pecados,hagan peniténcia para que les sean perdonados.No jureis a su nombre ni deseis oro ni plata,ni agais caso de los deseos de la carne.Tan pronto les he creado les puedo hacer desaparecer.no hagan testimonios falsos contra su prójimo! honrad padre y madre! hasí les doy la salud y la paz. Quien no crea estos mandamientos es abandonado de Dios. todo fiel cristiano está obligado a cumplir con las obras de misericórdia.estos mandamientos se encierran en Dar de comer al ambriento, Dar de beber al sediento, vestir al desnudo. Dar posada al pelegrino y visitar a los emfermos.perdonar las ofensas de los que nos han agraviado .estos mandamientos se encierran en DAR SERVIR Y AMAR A DIOS SOBRE TODAS LAS COSAS Y A TU PROJIMO COMO A TI MISMO:AMEN! Bruno M(misionero)Marmik

 


El Gran Guerrero del Tajo - José Luís Manzano Gª - 2013 ©
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